¡Qué divertido son los
cuentos clásicos!
Valverde del Camino, enero de 2016.
¡Queridos
niños y niñas!
¿Qué tal
habéis pasado las vacaciones? Espero que bien. Yo, como siempre, viajando de un
lugar a otro, buscando información e investigando para ofreceros nuevas
actividades y que disfrutéis con ellas.
Esta vez me
he leído algunos fantásticos cuentos
clásicos. Mi madre me solía leer por las noches muchos de ellos y ¡ME
ENCANTABAN! Hoy me gustaría compartir con vosotros/as algunos de ellos y hacer
actividades divertidas. ¿ Os parece? Pues vamos.
Trabajo de animación.
1.- Lee y escucha la carta con atención.
2.- Lee los dos cuentos clásicos. “El gato con botas “ y “
Caperucita Roja”.
3.- Comenta en clase , de forma oral, qué crees que ha
querido decir el autor en cada uno de ellos. Investiga sus personajes y cuál
podría ser la razón del protagonismo de cada uno de ellos.
4.- Vamos a divertirnos con la expresión escrita. Empieza
contando el cuento de Caperucita. En un momento determinado se encuentra con
personajes del “Gato con botas”. ¿Qué pudo ocurrir? Escribe cómo seguiría tu
propio cuento. Decóralo con bonitos dibujos. Ya sabes buena letra y cuidado con
la ortografía.
5.- Actualmente también se escriben unos cuentos fantásticos
que nos aportan mucho a nuestra vida cotidiana y nos invitan a pensar sobre nuestro quehacer diario y
nuestra forma de actuar con los demás.
Se acerca el Día de La Paz y os he preparado un cuento
precioso: “ El pueblo que perdió el fuego”. Me gustaría que lo representarais
en el Centro para el resto de vuestros compañeros/as. Con decoración incluida.
Esta será vuestra nueva tarea.
Estoy segura
que vais a disfrutar muchísimo.
Un abrazo.
Maco,
vuestra mascota lectora.
El pueblo que perdió el fuego.
Érase una vez
un país muy lejano donde un día desapareció el fuego.
La gente del lugar andaba bastante preocupada porque, tan
acostumbrada estaban a él, que no lo habían echado de menos hasta que no les
desapareció.
Entonces el
rey dijo:
–
Rey. ¡Queridos vecinos, tenemos que salir en
busca del fuego! Necesitamos una persona fuerte capaz de soportar la nieve, el
agua, el viento...hasta llegar a la Gran Montaña.
–
Vecino. ¡Yo iré! - dijo un hombre fuerte.
La gente aplaudió y todos/as le dieron ánimo para que
recorriese todo el camino y regresar con el fuego.
Andando, andando llegó a un lugar en el que apareció un señor
que iba vestido con un gorro de policía. Era el país de las profesiones.
–
Policía. ¡Hola, buenos días! ¿Qué desea usted?
–
Hombre. Nada, ¡Es usted un poco extraño! Yo no
hablo con extraños y menos con los llevan gorro de policías.¡No me gustan los
policías! Adiós.
Siguió su camino , subió montañas, soportó el viento, la
lluvia, la nieve, hasta llegar a otro
lugar.
El lugar era bonito y al hombre le gustó, pero pronto cambió
de opinión cuando vio a alguien de aquel lugar. Era el país de los hombres y
mujeres de mil colores y diferentes. El que se le acercó parecía un
demonio.
–
Demonio. ¡Hola!¿ Qué desea? ¿ En qué te puedo
ayudar ?
–
Hombre. Nada, yo no hablo con personas que
parecen demonios. No me caes bien. Además, tienes una cara muy roja y eso, no
me gusta.¡Adiós!
Siguió y siguió,, subió y bajó montañas, soportó la lluvia,
el viento, la nieve y a otro lugar llegó. Esta vez era el país de los animales.
–
Animal. ¡Hola, buenos días! ¿en qué le puedo
ayudar?
–
Hombre. Nada, yo no hablo con animales. Además
tienes una nariz y una boca muy grande. No me gustas. Adiós.
El hombre siguió y siguió , hasta que , por fin, llegó a la
Gran Montaña. Allí llamó y el rey del Fuego apareció.
–
Rey del Fuego. ¡Hola, buenos días! ¿ En qué le
puedo ayudar?
–
Hombre.- He recorrido montañas, he soportado el
viento, la lluvia, la nieve... y ahora
te pido que nos devuelvas el Fuego, pues mi pueblo lo necesita.
–
Rey del Fuego. ¡Querido amigo! Yo no puedo dar
el fuego. El Fuego elige a las personas. Mira, allí tienes unas ánforas. Elige
una; sólo una de ellas contiene el Fuego.
–
Hombre. A ver, a ver, Elijo ésta, la más lujosa
porque el fuego es muy importante y tiene que estar en un lugar muy valioso.
–
Rey del Fuego. Pues bien, ábrela...
–
Hombre. ¡Oh, no! No hay fuego.
El hombre regresó a su pueblo cabizbajo y se preguntaba qué
era lo que había hecho mal.
Al cabo de un tiempo el rey pensó que era necesario intentar
de nuevo encontrar el fuego. El pueblo estaba helado de frío, las comidas salía
fatal, no podían lavar, ni juntarse a charlar a la luz de la lumbre. Todos se
sentían tristes y angustiados.
Pero ...quién podría ir en su búsqueda. Habían enviado al más
fuerte, capaz de soportar todas las tempestades.
En aquel pueblo vivía en el pueblo una niña con su abuela.
Eran bastantes pobres, pero muy trabajadoras y en su pequeña casa no faltaba de
nada, sobre todo, alegría , respeto hacia los demás y ganas de compartir lo
poco o lo mucho que tenían.
–
Niña. ¡Hola abuelita! Mira, he oído que el rey
está preocupado porque no encuentra a nadie para ir en busca del Fuego y, he
pensado, que voy a ir yo.
–
Abuela. ¡Pero, niña! Tendrás que soportar el
viento, la lluvia, la nieve... y subir grandes montañas.¡No llegarás!
–
Niña. Sí, abuelita, pediré ayuda a los demás.
Y la niña emprendió el camino para encontrar el Fuego.
Llegó a un país donde vivían
unos hombres policías.
–
Niña: ¡Buenas, tardes!¿Me podría ayudar?
–
Policía. Claro¿ Qué desea?
–
Niña. Voy buscando el Fuego y no sé cómo llegar.
–
Policía.. Pues mira, abre esa puerta y quién
está detrás, te ayudará.
–
Niña . Gracias, señor.
Abrió la puerta y menudo susto se llevó. Encontró a un señor
con una car muy roja, que parecía un demonio.
L niña le preguntó de forma educada.
–
Niña. ¡Buenas tardes, señor! ¿ Me puede ayudar?
–
Demonio. Claro.¿ Qué deseas?
–
Niña. Voy buscando el Fuego y no sé cómo llegar.
–
Demonio. Pues mira, abre esa puerta y quien está
detrás te ayudará .
–
Niña. Gracias, señor.
La niña abrió la puerta despacito y le gustó lo que vio. Un
país de animales y a uno de ellos le preguntó.
–
Niña. ¡Hola, buenas tardes! ¿ Me puedes ayudar?
–
Animal. Claro¿ Qué deseas?
–
Niña. Voy buscando el Fuego que necesita mi
pueblo para vivir. Hace tiempo que desapareció y aún no lo hemos encontrado.
–
Animal. Pues mira, abriendo esa puerta
encontrarás una montaña muy alta. AL
final está el castillo del Rey del Fuego.
–
Niña. ¡Gracias, gran animal!
Caminando caminado llegó hasta el castillo y el Rey del Fuego
apareció.
–
Rey. ¡Hola! ¡Qué deseas?
–
Niña. ¡Buenas tardes, señor!Mi pueblo necesita
ell fuego y he recorrido todo este camino para poder encontrarlo.
–
Rey.- ¡Querida niña, yo no doy el fuego! ¡ El Fuego elige a las personas1Mira esas ánforas , escoge
una.
–
Niña. A ver, a ver. Sí, elijo ésta,la de barro ,
no es la más lujos, pero el barro sale de la tierra y el fuego está en ella.
–
Rey, ¡ÁBRELA!
–
Niña.. ¡Bien¡ Hay fuego! ¡ Qué contento estará
mi pueblo! ¡Gracias, señor!
–
Rey. El Fuego te ha elegido a ti porque vas
buscando la felicidad de tu pueblo y no tu propia felicidad ni tu propia
ambición.
La niña regresó a su pueblo y a todos/as repartió el fuego
que había encontrado con la ayuda de todas esas personas “raras” que encontró
en su camino, pero que supo respetar.
Y aquí acaba la historia de este cuento peculiar que a todos
los presentes nos quiere enseñar: QUE TODOS NOS TENEMOS QUE RESPETAR, PORQUE
TODOS Y TODAS SOMOS IGUALES PARA GOZAR DE LOS MISMOS DERECHOS Y DEBERES QUE LA
CIUDADANÍA NOS DA.
Y para celebrarlo organizaron una gran fiesta.